“Gracias a mi hija conocí la apiterapia, el dolor no me dejaba dormir y ya me habían ordenado cirugía de cadera. Desde que comencé el tratamiento de apiterapia empecé a sentir alivio hasta el punto que incluso podía bailar después de que antes no podía ni moverme. Voy a seguir en el tratamiento porque me ha servido para evitar la cirugía.”
Herminia Guzmán
/ Paciente de la SCA