El dolor es una construcción subjetiva que combina aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Cuando un dolor es constante y tiene una duración mayor de 3 meses se considera que se trata de un dolor crónico. El dolor crónico afecta negativamente la calidad de vida y capacidad funcional de las personas que lo padecen, su duración es de más de 6 meses y en muchos casos puede durar toda la vida. Hasta la mitad de la población adulta puede llegar a desarrollar dolor crónico, en la mayoría de los casos derivado de enfermedades de huesos, músculos y articulaciones. En el desarrollo del dolor crónico intervienen múltiples factores, en este artículo se exploran aspectos relacionados con el dolor crónico y recomendaciones para el control de los aspectos emocionales relacionados a el.
¿Cuáles son los elementos que perpetúan el dolor crónico?
El dolor crónico puede tener diferentes causas, generalmente se clasifica como dolor de origen oncológico (es decir relacionado con el cáncer) y de origen no oncológico. Dentro de las causas no oncológicas las más frecuentes son derivadas de enfermedades musculoesqueléticas como la artrosis, la artritis y la fibromialgia.
Como parte del proceso de desarrollo del dolor se encuentran la severidad de la enfermedad que genera el dolor, el consumo de medicamentos analgésicos y los aspectos emocionales y psicológicos de la persona. En el caso del dolor crónico las emociones y aspectos psicológicos son trascendentales dado que facilitan la aparición del dolor y el incremento en su intensidad. A pesar de su importancia con frecuencia se olvida este aspecto y pocas intervenciones terapéuticas se realizan sobre ellas.
Es relevante mencionar que la existencia de factores emocionales y psicológicos NO SIGNIFICA que los dolores crónicos sean inventados, al contrario, tienen una base demostrable en el cuerpo, sin embargo, si son agentes que deben ser tenidos en cuenta para su tratamiento.
La depresión, ansiedad y estrés psicológico activan diferentes regiones del cerebro que conducen al incremento de la intensidad del dolor y a su sostenimiento en el tiempo. Las visiones catastróficas relacionadas con la salud facilitan el dolor crónico por cuanto conduce al reforzamiento de la visión exagerada y negativa del dolor.
¿Cómo enfrentar el dolor crónico?
Existen diferentes herramientas que facilitan el control del dolor crónico, muchas de ellas relacionadas con el control emocional y psicológico del dolor. Sigue estas 10 recomendaciones que permiten enfrentar de forma adecuada el dolor crónico:
- Realiza una respiración consciente, lenta y pausada, cuando el dolor sea muy intenso.
- Busca distractores, estos pueden ser actividades que impliquen concentración, olores o exposición a temperaturas frías que disminuyen la conducción de información sensitiva relacionada con el dolor.
- Evita los pensamientos negativos como “porque me pasa esto a mi” o “es el dolor más terrible” que sólo refuerzan la intensidad del dolor.
- Todos los días realice actividades que le permitan distraerse y le generen placer.
- Aprende a identificar las características del dolor haciendo conciencia de ellas. Esto permite aislar del dolor aquellas emociones que sólo producen incremento en su intensidad.
- Relájate y trae a tu mente recuerdos e imágenes de sitios o situaciones que te generen paz y tranquilidad.
- Todos los días durante 5 minutos cierra los ojos, respira profundo y relaja todos los músculos del cuerpo. Este sencillo ejercicio permite descargar el estrés del cuerpo.
- Evita los sentimientos de culpa, si el dolor se presenta tiene un origen en el cuerpo y mas que culpa debe existir la motivación por encontrar su causa.
- Encuentra el lado positivo de la experiencia de dolor, siempre hay una enseñanza incluso de las situaciones negativas.
- Escucha música relajante que contribuye a generar tranquilidad y disminuir la carga emocional del dolor.
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Referencias bibliográficas
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