El dolor es una experiencia sensorial, emocional y subjetiva, generalmente desagradable, que experimentan todos los seres humanos. La experiencia del dolor es la señal de alarma de lesiones en los tejidos del cuerpo y situaciones que pueden alterarlos. El dolor puede ser agudo (duración menor a 15 días) o crónico (duración de más de 3 meses). El dolor crónico es relativamente frecuente presentándose en al menos el 38% de la población. En Europa la atención del dolor crónico cuesta más de 600 billones de dólares por año y el costo por paciente es de más de 10.500 dólares (1), en términos generales eso significa que al menos duplica los costos de atención por cáncer, enfermedad cardiovascular y diabetes.
A continuación se exploran conceptos básicos que debe conocer sobre el dolor crónico.
¿Cómo se produce el dolor?
El dolor es el resultado de una variedad de funciones diferentes en el cuerpo que terminan siendo integradas en el cerebro. Es en el cerebro en donde la información procedente de distintos sitios del cuerpo, del medio ambiente y de la memoria de eventos pasados se integra y se procesa (2). A continuación se presenta un resumen de los mecanismos implicados en la producción del dolor:
El dolor está sometido a una dinámica compleja de emociones y memoria. Esto conduce a la generación de recuerdos complejos sobre el contexto en el cual se produjo el dolor y a su perpetuación en el tiempo y explica el impacto de las emociones en la generación del dolor. Este mecanismo es particularmente importante en los casos de dolor crónico en el cual, el mecanismo de memoria, genera dolor incluso cuando no existe lesión tisular. En resumidas cuentas el dolor crónico puede aparecer como consecuencia de una lesión crónica de un tejido o bien por la memoria del dolor; suele ocurrir que el dolor crónico muestra una disociación entre la causa del dolor y su intensidad (3).
Tipos y causas del dolor crónico
Cuando el dolor se establece durante mucho tiempo seguido ocurre en el cerebro la sensibilización a la respuesta al dolor, es decir, es el cerebro quien se encarga de transmitir el dolor incluso en ausencia de una alteración orgánica demostrable. Existen diferentes tipos de dolor crónico, bien sea de acuerdo a su relación con el cáncer o no, ubicación anatómica del dolor y si se deriva de una alteración de los nervios periféricos.
Se han descrito los siguientes tipos de dolor crónico (4):
- Dolor crónico primario. Asociado a componente emocional, afecta más de una región en el cuerpo y no tiene un sustrato biológico claro. Conozca sobre la fibromialgia.
- Dolor crónico oncológico. Resulta de un tumor primario, metástasis o del tratamiento de quimioterapia para el cáncer.
- Dolor crónico posquirúrgico o postraumático. Es consecuencia de daños en estructuras nerviosas ubicadas en el sitio de la cirugía o del trauma.
- Dolor neuropático. Aparece por el daño anatómico o funcional del sistema nervioso. Esto conduce a la sensación de dolor ante estímulos no dolorosos.
- Cefalea y dolor orofacial crónico. Incluye los casos de migrañas y daños de la articulación temporo-mandibular.
- Dolor crónico visceral. Ocurre como consecuencia de la estimulación crónica de las fibras nerviosas que se encuentran en los órganos del cuerpo, ésta puede ser directa o como consecuencia de una estimulación indirecta (dolor referido).
- Dolor crónico musculoesquelético. En esta categoría se encuentran los dolores crónicos derivados de alteraciones anatómicas y funcionales sobre músculos, huesos y articulaciones. La artritis reumatoide y artrosis suelen ser las causas más frecuentes de dolor crónico de este tipo. Conozca sobre el dolor de espalda.
Aspectos centrales para el tratamiento del dolor crónico
El tratamiento del dolor crónico es complejo y requiere múltiples intervenciones para lograr su control efectivo. Conviene en ese sentido reconocer que en muchos de los casos el dolor crónico tiene una intensidad basal (que siempre esta presente) pero ocasionalmente algunos factores intervienen negativamente sobre su intensidad.
Cada uno de esos aspectos impacta (en mayor medida en algunos casos, a veces en menor medida, todo depende de la causa y factores individuales que impactan sobre el dolor) para lograr el control del dolor crónico. Es evidente que no se trata de un proceso fácil ni rápido, pero aplicado de forma inteligente permite los mejores resultados.
Es especialmente importante hablar sobre la utilidad de las terapias no farmacológicas, dentro de ellas suelen incluirse aquellas terapias no convencionales o complementarias y alternativas. La apiterapia (conozca qué es la apiterapia y para qué sirve) es una de estas alternativas y una de las más valiosas (5). Su capacidad para impactar sobre diferentes procesos fisiopatológicos que ocurren en las personas con estas enfermedades permite pensar en su uso y utilidad para diferentes enfermedades que cursan con dolor crónico.
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Referencias bibliográficas
- Henscke N et al. Mayo Clin Proc 2015; 90 (1): 139-147
- Marchand S. Rheum Dis Clin N Am 2008; 34: 285-309
- Bąbel P et al. Eur J Pain. 2015 Mar;19(3):358-68.
- Treede R et al. Pain 2015; 156 (6): 1003-1007.
- Lee MS et al. J Pain. 2008 Apr;9(4):289-97.